Hola, me llamo Patricia. Esto es lo que me sucedió hace ahora 3 años en el pueblo de mi madre. Era muy pequeña y mis amigas decidieron hacer la ouija. Y yo también, cómo no.
Yo no tengo madre desde hace 4 años así que pensé que podría hablar con ella a través de la ouija aunque tenía mis dudas.
Empecé haciendo las típicas preguntas de si eres un espíritu bueno o malo y él me decía "sí" o "no", pero en una de esas preguntas me di cuenta de que con quien había contactado era con mi madre.
Me di cuenta porque puso la fecha y la hora exacta de su muerte y deletreó mi nombre varias veces. También puso muchas fechas
que sólo mi familia y yo sabíamos; empecé a sentir mucho miedo y decidí quitar el dedo. Pero ella seguía deletreando mi nombre
y me dijo que no debía llorar más por ella porque estaba en un sitio precioso.
Nunca se lo he contado a nadie y jamás he vuelto a hacer la ouija."